Han sido 20 días de lo más instructivo. 20 días sin conexión a internet en casa por una suma de circunstancias que me han demostrado que, aun hoy, lo del acceso a los medios de comunicación en España es más un lujo que un teléfono.
Pero será mejor que me explique: te cambias de casa. La nueva, por desgracia, está en una zona de la ciudad a la que no llega el cableado, así que no Ono ni nada por el estilo. De las opciones que te quedan, que no son demasiadas, te decides por una. Llamas y, para empezar a hablar, te cobran el alta de línea. En esta semana te llegará el kit de conexión y en un máximo de 15 días se pasará el técnico. Pasa la semana, pasan los 15 días y ni uno ni el otro.
A los 18 días consigues concertar una cita con el técnico, que se acercará entre las 17 y las 19h. A las seis llama, que se pasará a partir de las ocho. Cuando viene prueba aquí y allá, abre, cierra, desatornilla... nada. El problema, según parece, es que en la calle no hay conexiones suficientes. Es decir, no hay al menos una conexión por vivienda a la red general telefónica. Y las que hay están ocupadas. "Bien, pues arréglenlo". Y aquí viene la gracia: no pueden, porque aunque tú contratas con una empresa, el cableado depende de Telefónica. Y, por lo que te dan a entender, al no ser una conexión para un contrato suyo... Así que es el propio técnico quien te recomienda que des de baja tu solicitud de alta (la que ya te han cobrado) y lo intentes con la empresa encargada de ampliar la línea, que será mejor.
Al día siguiente, antes de que tú solicites la baja, te notifican que anulan la solicitud por imposibilidad para atenderla. Bien hasta ahí. De los 60€ adelantados no se comenta nada. Total, que te toca negociar con los otros, con los que no querías porque eran más caros. Y, mientras tanto, los días van pasando.
Así que, todavía sin saber cómo acabará el tema, ese es el motivo por el cual el blog ha estado un poco abandonando, sobreviviendo apenas gracias a teléfono y locutorios y esperando mejores épocas.
Estoy en el norte estos días, así que podré actualizar. Intentaré aprovechar el tiempo.
Pero será mejor que me explique: te cambias de casa. La nueva, por desgracia, está en una zona de la ciudad a la que no llega el cableado, así que no Ono ni nada por el estilo. De las opciones que te quedan, que no son demasiadas, te decides por una. Llamas y, para empezar a hablar, te cobran el alta de línea. En esta semana te llegará el kit de conexión y en un máximo de 15 días se pasará el técnico. Pasa la semana, pasan los 15 días y ni uno ni el otro.
A los 18 días consigues concertar una cita con el técnico, que se acercará entre las 17 y las 19h. A las seis llama, que se pasará a partir de las ocho. Cuando viene prueba aquí y allá, abre, cierra, desatornilla... nada. El problema, según parece, es que en la calle no hay conexiones suficientes. Es decir, no hay al menos una conexión por vivienda a la red general telefónica. Y las que hay están ocupadas. "Bien, pues arréglenlo". Y aquí viene la gracia: no pueden, porque aunque tú contratas con una empresa, el cableado depende de Telefónica. Y, por lo que te dan a entender, al no ser una conexión para un contrato suyo... Así que es el propio técnico quien te recomienda que des de baja tu solicitud de alta (la que ya te han cobrado) y lo intentes con la empresa encargada de ampliar la línea, que será mejor.
Al día siguiente, antes de que tú solicites la baja, te notifican que anulan la solicitud por imposibilidad para atenderla. Bien hasta ahí. De los 60€ adelantados no se comenta nada. Total, que te toca negociar con los otros, con los que no querías porque eran más caros. Y, mientras tanto, los días van pasando.
Así que, todavía sin saber cómo acabará el tema, ese es el motivo por el cual el blog ha estado un poco abandonando, sobreviviendo apenas gracias a teléfono y locutorios y esperando mejores épocas.
Estoy en el norte estos días, así que podré actualizar. Intentaré aprovechar el tiempo.